La reducción del riesgo de desastres antes y después del huracán Mitch

Imagen del huracán Mitch al alcanzar su máxima intensidad el 26 de octubre de 1998 a las 19:15 (UTC). Para ese momento, ya era un huracán de categoría 5. (Crédito fotográfico: Imagen satelital de NOAA/NASA).

Por Richard Waddington

CARTAGENA, 21 de junio de 2018 – Durante una conferencia internacional, se explicó que el huracán Mitch, que en 1998 dejó tras su paso una estela de destrucción por toda Centroamérica, representa un punto de referencia sobre "antes y después" del enfoque de esta región para la reducción del riesgo de desastres. La tormenta, que alcanzó una categoría de 5 (la clasificación internacional más alta), ocasionó más de 11.000 muertes, de las cuales más de 7.000 ocurrieron en Honduras. Este ha sido el huracán más mortal en Centroamérica desde el paso del huracán Fifí, el cual cobró la vida de un numero un poco menor de personas en 1974.

Al respecto, el coronel Carlos Cordero, Subcomisionado de la Comisión Permanente de Contingencias de Honduras (COPECO), aseguró que "hay una diferencia de la noche a la mañana entre lo que teníamos en ese entonces y lo que tenemos ahora".

La mitigación del impacto de los huracanes es uno de los temas principales de la sexta Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas, cuya sesión realizada en esta histórica ciudad portuaria de Cartagena inició el 20 de junio y culminará el 22 de junio. El Caribe se está preparando para la temporada de huracanes de 2018, la cual dura desde junio hasta noviembre, cuando aún siguen vivos los recuerdos de las mortales tormentas del año pasado, las cuales se encuentran entre las peores que jamás se hayan experimentado.

Representantes de seis países centroamericanos –Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá y la República Dominicana– explicaron detalladamente una serie de políticas y medidas adoptadas para mejorar la preparación y las respuestas en caso de desastres, como resultado del huracán Mitch, así como los pasos que todavía deben tomarse.

Todos los seis países han establecido entidades a cargo de la gestión del riesgo de desastres, como apoyo a la implementación de leyes y políticas de sus programas nacionales. Asimismo, estos países han ideado formas de medir el riesgo y evaluar el impacto de los desastres, y han instituido mecanismos de ayuda mutua entre ellos.

La región también ha asumido el reto de armonizar sus políticas sobre la gestión del riesgo con el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, el plan mundial aprobado en 2015 para reducir las pérdidas que estos ocasionan.

Sin embargo, algunas políticas para la reducción del riesgo pueden dar origen a problemas políticos y sociales muy difíciles. Por ejemplo, es preferible instar a la gente a abandonar áreas con un alto de grado de exposición a desastres que simplemente reparar los daños cuando surja un evento. Pero por lo general, esto no es tan fácil.

La reducción de desastres incluye el desarrollo social. Tal como lo explicó el Sr. Jorge Meléndez, Secretario Presidencial para Asuntos de Vulnerabilidad y Director General de Protección Civil, "si las personas tuvieran mejores perspectivas económicas, vivirían en casas mejores y más seguras. Los problemas sobre la gestión del riesgo están relacionados con el desarrollo".

 

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