Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
América Latina y el Caribe  

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

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Inundaciones de Santa Fe, Argentina, 2003

Evaluación del impacto socioeconómico de las inundaciones en la provincia
CEPAL y ONU


Antecedentes

Este trabajo responde a la solicitud del Gobierno de la Provincia de Santa Fe al sistema de las Naciones Unidas ante las graves inundaciones ocurridas en el mes de abril como consecuencia de un fenómeno climático que acarreó lluvias en magnitud extraordinaria que ocasionaron el desbordamiento inesperado del río Salado en su afluencia sobre el Paraná afectando de manera particular a la ciudad de Santa Fe y provocando inundaciones masivas del territorio provincial. Ello ocasionó pérdidas de vidas humanas, destrucción e inundaciones numerosos barrios en dicha ciudad y en otras poblaciones de la provincia así como afectación en importantes porciones de las tierras agrícolas y de pastura. Como consecuencia de ella hay graves afectaciones en lo social junto con los sectores productivos.

Entre las acciones planteadas por el sistema y acordadas con el gobierno de la provincia se realizó una evaluación global, económicosocial y ambiental del evento como apoyo a la formulación de la estrategia de recuperación y reconstrucción.

Para el trabajo se contó con la plena colaboración de las autoridades municipales y provinciales así como el aporte de los administradores del gobierno de la nación en la provincia. Sin la colaboración decidida de todos ellos no habría sido posible terminar esta evaluación en tan corto plazo. De igual manera fue esencial el apoyo de las agencias del sistema de Naciones Unidas –de manera particular para la evaluación en su área de competencia de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y el PNUD aportó los necesarios recursos para el trabajo en complemento de los puestos por la propia CEPAL. \



Este estudio valora el impacto de las inundaciones conforme a la metodología desarrollada por CEPAL [1] incluye una lista preliminar de perfiles de proyectos enmarcada en un planteamiento estratégico que recoge ya algunas de las iniciativas y recursos que están siendo destinados a la reconstrucción. Se espera que el mismo contribuya a ordenar y agilizar el proceso de rehabilitación y reconstrucción y movilice los necesarios recursos adicionales de solidaridad y cooperación interna y externa, en adición a los ya recibidos durante la emergencia.

Valoración del daño

La valoración, hecha sector por sector, junto con las autoridades provinciales y consultando al sector privado y a representantes de la sociedad civil, se resumen en el cuadro siguiente:

Resumen

Del trabajo realizado surgen algunos elementos centrales que se resumen en el hecho de que a la Provincia de Santa Fe la afectaron dos desastres: las inundaciones en zona agropecuaria, que se inician al menos desde fines del año 2002 y persisten durante el primer trimestre del 2003, lo cual desemboca en la inundación de la ciudad de Santa Fe y otros núcleos urbanos.

La pérdida más visible ha sido de tipo social, particularmente la afectación en vivienda pero en términos cuantitativos la principal pérdida es en el ámbito productivo. Se registró una reducción del hato ganadero en un 5%, sobrevino la pérdida de parte de la segunda cosecha de soja que no pudo levantarse oportunamente, ocurrió una reducción de producción de sorgo y hortalizas, hubo pérdida de pasturas; con la consecuencia de que habrá una disminución de la producción de carne y de leche en 2003, 2004 y 2005.

En el sector industrial y comercial ello ocasiona pérdidas en el procesamiento y comercialización de los productos agropecuarios, a lo que se suman los daños al acervo y la producción de las micro, pequeñas, y medianas empresas industriales y las pérdidas al acervo y las ventas de los micro, pequeños, medianos y grandes establecimientos comerciales. Ello implica efectos negativos sobre sector externo y las finanzas del sector público (en todos los niveles: nacional, provincial y municipal).

Conclusiones

Del desastre surgen, en particular con respecto a la gestión del riesgo y el medio ambiente paradojas en relación con la acción frente a las amenazas naturales: es peligrosa la falsa seguridad de que las soluciones estructurales por si solas reducen el riesgo.

La “apropiación” del riesgo (su percepción y valoración) por la sociedad (sectores productivos, sociedad civil en general) reduce la carga del Estado para reponer el daño. Dicho de otra forma, la población que no asume su riesgo lo traspasa al Estado, y se forza el costo en el resto de la sociedad.

El elevado monto total de daños y pérdidas (2,878 millones de pesos), afectó principalmente las actividades y los sectores productivos pero más grave –en términos sociales—es el hecho de que las condiciones de vida de la población de menores ingresos ubicada en zonas marginales urbanas se han deteriorado significativamente, al perderse vivienda y enseres, micro y pequeñas empresas, y empleo.

Persiste todavía en el campo el aislamiento de pequeñas comunidades y la sobresaturación de los suelos todavía persistirá por varios meses, pudiendo afectar el ciclo siembra/cosecha. La disponibilidad de pastura ha causado una reducción en el hato y afectará la producción y rendimiento de carne y de leche.

El desastre impuso una carga adicional al Estado – municipal, provincial y nacional – en términos de recursos para atender las necesidades emergentes sociales, productivas y de empleo, y de crear instrumentos para recuperar el aparato productivo. Por ello el desastre rebasa la provincia tanto en su capacidad de atención para la recuperación plena, cuanto por la necesidad
de asumir regionalmente y de manera sistémica la gestión del riesgo y las cuencas.

Las inundaciones pusieron en evidencia la vulnerabilidad y fragilidad del tejido social, la infraestructura y las actividades productivas ante la ocurrencia de fenómenos naturales. Por ello se considera que se hace indispensable abordar de forma sistemática el tema de la disminución de tales vulnerabilidades y de manejar el riesgo.

Este desastre compromete la esperada recuperación económica de Santa Fe para el 2003 y eliminó el precario equilibrio de la economía local que había logrado superar la crisis de los dos años anteriores gracias a sus exportaciones agropecuarias.

La estrategia de recuperación

Se estima que la recuperación habrá de articularse en torno a cuatro ejes principales:

La reducción de la vulnerabilidad física, mediante la adopción de un sistema apropiado de alerta temprana, incorporar la gestión del riesgo en la planificación y diseño de las políticas de desarrollo, la promoción de la protección financiera por la población y las actividades en riesgo, la incorporación de la cultura de la prevención y el riesgo en los distintos niveles de educación y campañas de concienciación de la población.

La reposición de la calidad de vida si bien requiere la reconstrucción y restitución de la vivienda, no se agota allí. Además de dar acceso a los servicios sociales básicos de educación y salud es particularmente importante el restablecimiento de las actividades productivas.

Articular el apoyo a la población afectada con las acciones –ya en marcha—de la política social general de recuperación por la crisis.

El cuarto eje descansa en incrementar la cooperación y articulación de las acciones de todos los niveles de gobierno (local/provincial/nacional).

Consideraciones finales

La reconstrucción no puede esperar a que termine la fase de emergencia. En ella el papel de la cooperación externa puede ser crucial para, al menos tres aspectos. (i) promover la concertación de acciones tanto entre los niveles de gobierno cuanto entre el Estado y la sociedad civil; (b) dar certeza a los cooperantes acerca del buen uso de los recursos; y permitir a autoridades locales y provinciales el acceso a las fuentes de cooperación.

La “ventana de oportunidad” para que este desastre encuentre respuesta de la comunidad internacional es muy breve dado que los cooperantes tienen múltiples y emergentes demandas; y la presión social local puede afectar la capacidad de generar los consensos necesarios.

En este sentido la valoración del daño y su conocimiento es el mejor instrumento para movilizar ese apoyo, y no debe esperarse a tener planes acabados para presentarlos a los cooperantes.

Para mayor información contactar a:
Ricaro Zapata
CEPAL
rzapata@un.org.mx


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