Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
Las Américas   

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

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El Modelo de Atención Integral en Desastres
para la población rural y campesina.

Una experiencia del Programa IMSS SOLIDARIDAD en el sur de Veracruz, México

El IMSS SOLIDARIDAD es parte del sector salud de la República Mexicana y es un programa que opera con recursos financieros federales desde hace más de 20 años, diseñado para otorgar atención integral a la salud de las comunidades rurales del país, a la fecha atiende a más de 10 millones de mexicanos campesinos e indígenas de escasos recursos con un sistema de 3200 Unidades Médicas Rurales de primer nivel atendidas por un médico y una auxiliar de área médica las cuales funciona todo el año. Este modelo se aplica en 16 estados.

En el caso del estado de Veracruz se cuenta con una infraestructura de 205 unidades médicas rurales y 5 hospitales rurales los que otorgan servicio a más de 1 600 000 habitantes del medio rural, sobre todo campesinos y el 25 % de ellos son indígenas.

La escolaridad de la población implica realizar un trabajo de información, educación y comunicación basada en la comunicación grupal y con material didáctico sencillo y de preferencia audiovisual por la dificultad que implica utilizar material escrito. La población mayor de 12 años se dedica a actividades propias del campo; por lo que también se deben realizar acciones que privilegien las actividades educativas y de preparación con amplia participación de ellos mismos en la definición de las estrategias a realizar.

Organización comunitaria para la salud

El pilar fundamental para la operación del programa IMSS SOLIDARIDAD lo representa la organización establecida en las comunidades para atender las acciones médico preventivas y de saneamiento básico, misma que ha sido posible en virtud de la gran tradición de cooperación comunitaria que tienen los habitantes del medio rural y sobre todo las comunidades indígenas. Se tienen integrados 1 296 comités de salud, formados 1 051 asistentes rurales de salud, 9708 promotoras rurales de salud, 589 parteras rurales y 356 terapeutas tradicionales en nuestra área de responsabilidad lo que facilita llevar a cabo las actividades preventivas y de educación.

El propósito es establecer líneas operativas de acción para prevenir y actuar antes, durante y después de eventos adversos, está dirigido a los equipos directivos delegacionales, zonales, multidisciplinarios, de salud, cuerpos de Gobierno y voluntarios de las comunidades para que de acuerdo a su nivel de responsabilidad se realicen acciones destinadas a afrontar cualquier tipo de emergencia.

Objetivo general

Sistematizar las actividades y procedimientos para planear, coordinar y ejecutar las acciones requeridas antes, durante y después de cualquier desastre provocado por fenómenos naturales y por el hombre para coadyuvar a mitigar, prevenir, preparar, responder y limitar los daños con la finalidad de disminuir el impacto en las comunidades.


Avances en la región Uno Orizaba

Con estos antecedentes se inició en el mes de marzo del 2000 la capacitación al personal de salud sobre el Modelo de Atención Integral en Desastres y se les capacitó en el ciclo de los desastres.

Se implementó una simbología simplificada que se utilizó para elaborar los mapas locales de riesgos y recursos y se tienen a la fecha elaborados ya más de 600 mapas locales que son una guía muy importante para establecer los planes de contingencias en las unidades y localidades de alto riesgo, además se ha empezado a aplicar la metodología de Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades EDAN, que se recibió en los cursos de capacitación que impartió la Agencia Internacional para el Desarrollo, de la Oficina Federal para la Asistencia en Desastres USAID/OFDA con sede en Costa Rica, adicionalmente se ha capacitado ya a 6 promotores acción comunitaria, un asesor médico zonal, dos jefes de conservación de unidad, además de informar a 1 946 voluntarios participantes en reuniones regionales de intercambio de experiencias.

Se estableció contacto con la Dirección Estatal de Protección Civil y se ha recibido material de apoyo consistente en carteles, trípticos, folletos y audiovisuales que complementa la información que se elabora en las comunidades. Asimismo, se recibieron videocasetes sobre las características de los eventos adversos y las áreas de evaluación inicial que facilitan abordar con la población las acciones a realizar antes, durante y después de un evento adverso.


Conclusiones

A menos de un año de iniciar actividades del modelo de atención integral en desastres se tienen resultados alentadores, sobre todo por la amplia participación de la población y el gran trabajo de los equipos de salud que han podido realizar las actividades de información, orientación y capacitación de la comunidad, aún falta mucho por hacer estamos en vías de establecer un programa de capacitación para los voluntarios que integran las brigadas, hemos concertado con la Universidad Autónoma Veracruzana y se está participando en el Diplomado de Atención Integral en Desastres, lo que ha significado una experiencia valiosa y esperamos concretar un acuerdo de colaboración con la Dirección Estatal de Protección Civil que dé pauta para establecer un plan de capacitación y de apoyo mutuo en casos de desastre y permita la intervención oportuna.

 

Etapas del modelo

Planeación
Elaborar en cada comunidad un plan local de contingencias que precise las actividades a realizar y las estrategias para la atención a los diferentes eventos adversos, con la participación de las autoridades locales, líderes comunitarios, equipos de salud y los habitantes de la localidad.

Dicho plan deberá de contener:

  • Diagnóstico
  • Mapas de riesgos y recursos
  • Demografía
  • Panorama epidemiológico
  • Infraestructura en salud
  • Recursos materiales
  • Recursos humanos
  • Medios de comunicación
  • Directorio de dependencias

Es importante en esta etapa garantizar la participación de las autoridades municipales para coordinar el apoyo de las instituciones dedicadas a realizar las actividades de protección civil, además de establecer enlace con las instituciones del sector salud presentes en el área de trabajo.

Realizada la fase de diagnóstico es importante establecer las áreas de mayor riesgo y focalizar la capacitación de los equipos de salud y de los grupos voluntarios para lo cual es importante considerar los medios y formas habituales de comunicación, costumbres y sobre todo sus características culturales, sobre todo en las zonas indígenas, es prioritario establecer planes que incluyan la realización de simulacros en zonas de alto riesgo.

Ejecución
Es básico llevar a cabo el monitoreo de los fenómenos hidrometereológicos y estar atentos a los comunicados de las autoridades municipales y de los organismos de protección civil con la finalidad de alertar a la población a nuestro cargo y ejecutar las acciones de evacuación que se consideren necesarias, además de establecer los servicios médicos en zonas de seguridad previendo su reubicación de ser necesario.

Comunicación e informes inmediatos
Establecer ante la presencia de eventos adversos mecanismos para reportar las incidencias y solicitar el apoyo correspondiente para lo cual hay que garantizar el funcionamiento eficiente de la red de radiocomunicación, el contar con sistemas alternos en caso de que se suspenda el suministro de la energía eléctrica y se bloqueen los accesos normales a las comunidades.

Implementar de inmediato el sistema EPI-DESASTRES
En caso de contar con estaciones radiodifusoras del Instituto Nacional Indigenista, apoyarse con ellos para enviar mensajes de orientación a la población, informarles sobre los sistemas de emergencias y sobre la situación actual del evento adverso.

Garantizar la atención médica de primer y segundo nivel, organizando las micro regiones de acuerdo a su accesibilidad. Instalar, en caso de ser necesario módulos de atención médica en las localidades de acción intensiva que complementen la atención de las unidades médicas.

Establecer centros de acopio regionales que permitan apoyar con recursos de medicamentos, material de curación y alimentos además de integrar y equipar brigadas de apoyo.

Participación comunitaria
Promover la integración de brigadas comunitarias y solicitar a las autoridades municipales apoyo para su equipamiento, además de optimizar los recursos existentes. Apoyar en las acciones de búsqueda y rescate, instalación de albergues, acopio y distribución de alimentos. Realizar acciones de vigilancia epidemiológica simplificada así como en las acciones de saneamiento ambiental que se consideren necesarias.

Mantener informada a la comunidad sobre las actividades a realizar y el desarrollo del evento adverso. Participar en las acciones de rehabilitación y reconstrucción de caminos, viviendas y edificios públicos.

Evaluación
Elaborar el informe final que contenga la información de la población afectada, estimación de daños, la información de la atención médica y la vigilancia epidemiológica así como los recursos utilizados.

Indicadores de resultados
Reestablecer al 100% la operación de las unidades afectadas. Mantener la red notificación inmediata de padecimientos sujetos a control y asociados a los desastres en las unidades médicas y en los albergues instalados en las comunidades a nuestro cargo. Mantener los índices de letalidad por debajo del 1%. Ausencia de brotes epidemiológicos. Realizar barrido epidemiológico en las localidades afectadas por el siniestro.

Para mayor información contactar a:
Lic. Domingo Velázquez Reyes
Supervisor Delegacional de Acción Comunitaria
Región Uno Orizaba
licdom@prodigy.net.mx


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