Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
Las Américas   

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

Desastres en la Región

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“Experiencia del Centro Nacional de Pronósticos de Cuba en la Alerta Temprana de Ciclones Tropicales mediante los Medios de Difusión”

Por: Dr. José Rubiera, Director Centro Nacional de Pronósticos
Instituto de Meteorología, Cuba. Pron@met.inf.cu

Por su situación geográfica Cuba y el resto del Caribe, es amenazada cada temporada de huracanes (del 1º de junio al 30 de noviembre) por ciclones tropicales y eventualmente alguno cruza por su territorio. Durante los últimos años varias tormentas tropicales han azotado al país, incluso con categoría de huracán. Sin embargo, no se han registrado pérdidas directas de vidas humanas y se han minimizado las pérdidas materiales que se hubieran producido de no haberse tomado medidas apropiadas. Esto ha sido consecuencia del Sistema de Alerta Temprana empleado por el Centro Nacional de Pronósticos, del Sistema de Defensa Civil y de un buen trabajo con los Medios de Difusión.

En este artículo trataremos precisamente sobre las experiencias del trabajo con los medios de difusión ante las amenazas de ciclones tropicales, en especial de los medios que presentan inmediatez en la información, como son la televisión y la radio. Ante todo hay que destacar que se ha logrado una adecuada educación del público en general sobre el tema. La radio y la televisión son la vía fundamental para que antes y durante cada temporada de huracanes el personal del Centro de Pronósticos brinde información a la población sobre qué son estos sistemas tropicales, sus elementos más peligrosos, qué hacer para estar bien informados, cómo protegerse, etc. Pero esto también se realiza de manera directa mediante conferencias de los especialistas en escuelas, centros de trabajo, y también ante el personal del Gobierno y la Defensa Civil, algo muy importante, pues ante la amenaza de un huracán todos deben estar bien informados para poder interpretar de manera fructífera la información meteorológica y los pronósticos que se emiten, en especial aquellas personas que tienen que tomar decisiones. La Defensa Civil ejecuta antes de cada temporada de huracanes el ejercicio “Meteoro”, en el cual participan no sólo el personal especializado, sino también la población, y es otra oportunidad que se emplea para la educación pública.

Existe una diferencia sustancial entre la información meteorológica que diariamente se transmite por la radio y la televisión y la que se brinda en casos de amenaza. En la primera el meteorólogo se encuentra en los estudios, pero en caso de amenaza el escenario cambia al Centro Nacional de Pronósticos, y allí, entre computadoras y el personal que labora, se transmiten en directo por la radio y televisión los últimos pronósticos de la trayectoria e intensidad del huracán, se observa la imagen de satélite acabada de recibirse o la pantalla del radar. Se dan también detalles como el grado de afectación esperado y los peligros particulares a que una comunidad va a enfrentarse. Esto actúa ya como un reflejo condicionado que hace que la población se preocupe y sea receptiva a los mensajes de advertencia. Todo ello es conjugado con el trabajo de la Defensa Civil y las transmisiones que desde sus oficinas hace también la radio y la televisión. De manera que aunque tengamos dos fuentes de información: la del Centro Nacional de Pronósticos para los pronósticos del huracán y la amenaza que se cierne sobre el país y la de la Defensa Civil, sobre las medidas de protección y evacuación; se actúa con una solo voz para el país y una voz que está plenamente coordinada.

También es importante la forma en que los meteorólogos presentan la información. Cuando hay un huracán todos están pendientes de la localización del centro y tienden a pensar sólo en el lugar por donde el ojo del huracán toca tierra. Ese proceder ocasiona una desinformación que puede ser fatal, pues el huracán en realidad no es un punto central, sino un área de vientos huracanados que puede tener hasta 150 - 200 kilómetros de radio, mientras que las lluvias intensas llegan hasta 600 – 800 kilómetros del centro.

Además, están las probabilidades de error y aciertos propios de los pronósticos. Aunque éstos han mejorado sustancialmente durante los últimos 30 años, aún están lejos de ser perfectos. Por ejemplo, para un plazo de 24 horas los errores promedios son del orden de 180 kilómetros, mientras que para 72 horas llegan hasta 600 kilómetros, tomando en consideración el punto geográfico donde se pronostica la llegada del centro u ojo del huracán para el plazo dado y el lugar a que realmente llega. Estas incertidumbres deben ser bien reflejadas en la información, y ésta debe ser actualizada oportunamente con información y pronósticos nuevos. La tendencia que se observe en la evolución de los pronósticos es en este caso lo más importante.

Una forma de presentar las áreas amenazadas en la telivisión y la prensa escrita puede verse en la figura 1. Son pronósticos reales que se presentaron en la televisión cubana ante la amenaza del huracán “Georges”, en septiembre/98. En estas figuras se representan conos de probabilidad o peligro para las próximas 72 horas. Es evidente que todo lugar que aparezca dentro del cono debe tomar precauciones. En la parte (a) de la figura se observa que aunque en 72 horas el cono de peligro no alcanzaba a la porción oriental de Cuba, esta zona del País estaba situada inmediatamente después de donde llegaba el cono en 72 horas, había pues un peligro potencial y así fue informado por la televisión y la radio. La parte (b) de la figura representa la situación 24 horas después, ya aquí se observa como probable el peligro para una afectación a la región oriental de Cuba dentro de 72 horas.


Figura 1 Expresi�n gr�fica de los pron�sticos en la televisi�n y prensa escrita

El resultado de este trabajo informativo es que toda la población esté bien informada, asimismo el Gobierno y la Defensa Civil, los que tomarán las decisiones más apropiadas para la preservación de la vida y los bienes materiales. No hay lugar a rumores y todos conocen cuál es la situación y sus alternativas. Ello sin duda redunda en los magníficos resultados obtenidos durante los últimos años, en especial que no hayan pérdidas directas de vidas humanas, que es lo más preciado.


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