Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
Las Américas   

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

Revista para América Latina y el Caribe         Número. 15, 1999

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La reducción de la vulnerabilidad: logros de un decenio y nuevos desafíos en el próximo Siglo desde una perspectiva social y de salud

Dr. Claude de Ville de Goyet, Programa de Emergencias y Desastres
Organización Panamericana de la Salud, OPS/OMS
Devillec@paho.org

Tanto el manejo del riesgo como de la asistencia humanitaria han cambiado dramáticamente durante los últimos años. Hemos dejado atrás los estilos de respuesta improvisada y ad hoc que prevalecieron durante los años 70 para adoptar un enfoque de prevención y refuerzo institucional.

El DIRDN ha contribuido a una legitimación universal del tema, al despliegue de un marco político y científico global y a la apertura de un foro regional neutral entre socios y agencias. También, a mantener vivas nuestras inquietudes ante los desastres naturales en una década obsesionada por los desastres complejos.

Uno de los principales logros del Decenio ha sido la promoción de un enfoque basado en el desarrollo a largo plazo y el nacimiento de una cultura de prevención en América Latina y el Caribe. Las pérdidas enormes ocasionadas por los huracanes, en particular el Mitch en Centro América, han sensibilizado a las autoridades políticas de tal manera que en la XX Cumbre de Presidentes de Centroamérica, República Dominicana y el Primer Ministro de Belice, aprueban un plan quinquenal para la reducción de los desastres.

Los progresos en el sector salud para prevenir las destrucciones innecesarias de hospitales y de los sistemas de agua, sirven ahora de modelo y orgullo para la región. Con el apoyo de la OPS/OMS, se ha avanzado en la construcción de un marco regional científico-técnico y en el despliegue de una masa crítica en todos los países a través de alianzas, cambio de actitudes, proyectos piloto y el logro de compromisos políticos en el ámbito nacional.

La Declaración del Decenio, expresa una voluntad internacional de hacer frente a los riesgos de desastre con un espíritu de cooperación internacional. Dichos logros sectoriales no habrían sido posibles sin la armoniosa y productiva sinergia entre la OPS y la Unidad Regional para América Latina y el Caribe de la Secretaría del DIRDN. Pocas veces, agencias internacionales han colaborado de manera tan complementaria para un objetivo común de servicio.

En la respuesta humanitaria también se pueden notar cambios sustantivos:

  • Una verdadera visión de coordinación intersectorial con la participación de la sociedad civil– un cambio de la cadena de mando estilo militar presentada como lo ideal hace 15 años.
  • Una resolución creciente de la necesidad de una preparación comunitaria: dentro de este proceso, la democratización de la información sobre desastres y la creciente participación de la sociedad civil han favorecido cambios en las relaciones de comunicación y de poder entre agencias, países, comunidades locales e individuos.
  • Un reconocimiento de la importancia de una transparencia, gobernabilidad y honestidad en el manejo de la ayuda humanitaria, una vez ocurrido el desastre. El Sistema SUMA desarrollado por la OPS con fines técnicos se ha transformado en un indicador y herramienta para dicha transparencia política; una exigencia de la opinión pública nacional e internacional que pocos países pueden ignorar en una situación de emergencia.


Desafíos para el próximo Siglo

Un decenio en la historia de la sociedad humana es prescindible… No es una sorpresa que se identifiquen más desafíos, nuevos o reciclados, que logros en un tiempo tan breve.

  • La cultura y el compromiso de prevención son frágiles. El compromiso político, por más solemne que sea, generalmente disminuye a partir de las urgencias y afanes movilizados por el último desastre. Falta la asignación de los recursos correspon-dientes. Un año después de los huracanes Georges y Mitch, los fondos internacio-nales disponibles para la cooperación técnica al sector salud (excluyendo préstamos) no aumentaron a pesar de la demanda y de una ventana de oportunidad para un cambio.
  • Los aspectos de macro-producción económica dominan en el momento de la decisión política, muchas veces a costo de las comunidades y de los grupos con escaso acceso a los beneficios de la “globaliza-ción” en el orden del día en cada agencia internacional global. Descuidar la naturaleza esencialmente humana y social de un desastre es sumamente peligroso.
  • En la fase de emergencia, la respuesta humanitaria exterior todavía responde más a prioridades, percepciones y factores internos de los países o agencias donantes, que a los beneficios e impacto que se pueden esperar para las víctimas. En particular, falta ver un cambio dramático en la calidad de las donaciones “in kind”. Siguen los envíos de medicamentos, ropa y comidas inapropiadas.

Clausurar un decenio es tiempo de celebración… y modestia. Una «cultura de prevención» implica una actitud colectiva que sólo puede construirse mediante un largo proceso social. El Decenio ha permitido iniciar este proceso, reconocer e identificar los numerosos desafíos para el próximo Siglo. El DIRDN ha trazado el camino para su sucesor, la Secretaría para una Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Su contribución mayor en los países consiste en el reconocimiento de que la prevención y la mitigación exigen habilidades y actitudes distintas de las requeridas para una respuesta de emergencia. La respuesta demanda un conocimiento logístico, capacidad operacional, sentido de urgencia, determinación y disciplina. La reducción de la vulnerabilidad exige una visión a largo plazo con recursos a corto plazo, paciencia y compromisos, experiencia en planificación urbana, economía, ingeniería y política: requerimientos inaccesibles para una sola institución.

El futuro requiere una sinergia entre las agencias del sistema de Naciones Unidas, de las organizaciones regionales con participación de la sociedad civil. Esperamos que la experiencia de simbiosis entre el DINDR y la OPS servirá de modelo para una verdadera acción integrada de todos los actores con la nueva Secretaría para establecer una visión humana, social, y de salud en la reducción de los desastres.

Para mayor información contactar a:
OPS/OMS, Programa Preparativos en Desastres
Washington
Tel (1 202) 974 Ext. 3434
Fax (1 202) 775-4578
disaster@paho.org


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