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Las Américas   

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

Revista para América Latina y el Caribe         Número. 15, 1999

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La temporada de huracanes de 1999 en la Cuenca Atlántica
Dr. José Rubiera
Director Centro Nacional de Pronósticos
Instituto de Meteorología, Cuba.
pron@met.inf.cu

En noviembre/99, concluyó la temporada de huracanes en la cuenca Atlántica, que resultó ser, sin dudas, muy activa, haciendo honor a los pronósticos que se emitieron con anterioridad, tanto por el Prof. W. Gray, en los EEUU y por M. Ballester y sus asociados, en Cuba .

En 1999 se produjeron 12 tormentas tropicales, dos más que el promedio normal, pero fue en el número y en la intensidad de los huracanes en los que hubo elementos verdaderamente interesantes. El promedio normal de cantidad de huracanes para una temporada es de 6, en 1999 hubo 8. En lo que respecta a los huracanes intensos, de categoría 3 o superior de la escala Saffir-Simpson, puede decirse que la actividad ciclónica registró un aumento dramático, pues de dos huracanes intensos como promedio histórico para una temporada, la de 1999 registró 5 y todos fueron de categoría 4.

Además, es muy interesante el hecho de que sumado el número de tormentas tropicales desarrolladas durante el quinquenio 1995 – 1999 (un total de 65), iguala al activísimo período 1932 – 1936, el más dinámico hasta la fecha. Pero, tomando en su lugar el número de huracanes registrados ( un total de 41) durante el quinquenio que finaliza, esto hace que el período 1995 – 1999 sea el más activo en cuanto a huracanes a partir de 1886, fecha desde la cual existen registros plenamente confiables.

El huracán más sobresaliente de la temporada del 99 fue “Floyd”, que llegó a alcanzar vientos máximos sostenidos de 250 kilómetros por hora y una presión mínima de 921 hPa.; devastó a las zonas central y occidental de las Bahamas el 13 y 14 de septiembre/99. Impactó también a la costa este de los Estados Unidos, aunque más debilitado en cuanto a sus vientos, sus lluvias torrenciales con acumulados entre 300 y 500 milímetros produjeron inundaciones catastróficas, principalmente en el Estado de Carolina del Norte. Anteriormente este Estado y áreas aledañas habían recibido similares acumulados de lluvia con el paso del huracán “Dennis”; “Floyd” vino unas semanas después a completar la destrucción. Ocasionó 56 muertes en los Estados Unidos, haciéndolo el huracán que más vidas humanas ha cobrado en ese país desde que “Agnes” dejara 122 muertes en 1972. La cifra estimada de los daños económicos ocasionados por “Floyd” es superior a US$ 6.000 millones.

Uno de los huracanes más espectaculares de todos los tiempos fue “Lenny”. Surgió tardíamente en el mar Caribe occidental a mediados de noviembre. Entre sus características más notables está que:

1) se desplazó hacia el Este desde el mar Caribe occidental al Sur de Cuba y Jamaica hasta el Nordeste de las Antillas Menores, es decir, un desplazamiento completamente insólito, siendo el primero en tenerse noticia, que se mueve al Este por baja latitud y
2) se fue intensificando gradualmente hasta alcanzar la categoría 4 de la escala Saffir-Simpson próximo a alcanzar la categoría 5; se mantuvo con movimiento errático y extremadamente lento sobre el Nordeste de las Antillas Menores, aunque se debilitó, las lluvias fueron torrenciales. La aproximación de este huracán por el Oeste ocasionó marejadas sin precedentes en los puertos de la costa Oeste de esas islas.

La Depresión Tropical N° 11, aunque fue un sistema débil, ocasionó a principios de octubre/99, lluvias torrenciales, que se prolongaron por varios días en los Estados mexicanos de Puebla, Tabasco y Veracruz. Las inundaciones, resultado de estas lluvias, causaron la mayor pérdida de vidas humanas de esta temporada, con reportes de 400 muertos (Nota del Editor: escrito antes del acontecimiento en Venezuela).

Como puede apreciarse, siempre que hay un huracán se piensa en el viento y el mar como elementos peligrosos, pero las lluvias torrenciales y las inundaciones, causadas por estos, son también motivo de gran número de muertes. Ocurrió en grado superlativo durante la temporada 1998 con el “Mitch” en Centroamérica y ha ocurrido también en esta temporada 1999.

Los daños ocasionados por los huracanes, en especial el riesgo para la vida, puede ser disminuido enormemente con la educación y la toma oportuna de medidas de prevención. En la experiencia cubana se ha observado que la interrelación y coordinación efectiva entre modernos sistemas de pronósticos, la Defensa Civil y los medios de difusión han conducido a evitar pérdidas humanas y disminuir al mínimo las pérdidas materiales o económicas.

Por el momento, teniendo en cuenta la permanencia del fenómeno de “La Niña” en el Pacífico, y sabiendo que esto traerá consigo otra activa temporada de huracanes para el año 2000, es que debemos estar atentos e incrementar la educación en la previsión, para que todos conozcan el peligro que se nos puede avecinar y tomen las medidas de prevención y mitigación ya analizadas de antemano para protegernos.



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