Revista EIRD Informa - Las Américas
Número:14-2007-13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000
 
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La comunicación social en la gestión del riesgo
Algunos conceptos para recordar y aplicar

• La gestión de la comunicación le otorga “valor” a la gestión del riesgo, dinamiza, promueve, influye, persuade, facilita la comprensión, modifica conductas y actitudes.
• Confundida muchas veces con información, la comunicación se eleva ya al rango de “proceso imprescindible” en toda acción preventiva o de respuesta, en toda planificación destinada a la reconstrucción o a la rehabilitación, en caso de desastre. Ella provee los insumos básicos para que tanto emisores y perceptores se relacionen acertadamente, interactúen proactivamente y puedan establecer una óptima retroalimentación.
• Actualmente, el universo de datos que puede manejar cualquier persona o institución es de tal volumen que es necesario calificar o jerarquizar la información para que luego pueda ser transformada en comunicación eficaz.

Toda organización dispone de una serie de instrumentos de comunicación que deben ser utilizados tácticamente. Por lo general, al confundir información con comunicación, estos instrumentos no permiten un impacto positivo en conductas y actitudes. Por este motivo se necesita diseñar planes y programas de comunicación que establezcan acciones a corto, mediano y largo plazo. Tanto en períodos de preparación de la comunidad, como en la prevención, mitigación y en la atención de emergencias y desastres, el aplicar estratégicamente los instrumentos de comunicación permite una mejor emisión de los mensajes dirigidos al público meta.

• En principio, cuando nos referimos a la comunicación social del riesgo aludimos también a información y divulgación, integrante del proceso y conformada por:

1. La explicación del origen de la amenaza, prevención y preparación
2. La descripción de los distintos grados de vulnerabilidad y sus modos de reducción.

En la producción de los mensajes destinados a la población, por ejemplo, la información básica debe referirse a cómo la suma de estos dos elementos propicia situaciones de riesgo. Luego, esa comunicación tendrá carácter preventiva, o de emergencia, según su destino o ubicación dentro de las acciones que se lleven a cabo en los distintos momentos en que se manifieste el riesgo.
• Si nos apoyamos en los contenidos de documentos de consenso global, como el Marco de Acción de Hyogo o los Objetivos del Milenio, tendríamos que fomentar, desde la comunicación social, la difusión de todo lo que nos permita conocer, saber y comprender acerca de la reducción de nuestras vulnerabilidades. De este modo, la comunicación del riesgo sería la confluencia o síntesis de la información del peligro o amenaza más la información de las características de las vulnerabilidades.

Así, podemos inferir que la comunicación social del riesgo adquiere como “dos momentos” en su implementación, desde los sectores públicos y privados afectados a la prevención y atención de desastres:
a) Sensibilizando a la sociedad para que autoperciba su debilidad ante determinada amenaza y descubra sus fortalezas para disminuir las consecuencias negativas de tales amenazas.
b) Promoviendo acciones que reduzcan su vulnerabilidad, de modo que se prepare adecuadamente para enfrentar cualquier evento que pueda convertirse en desastre.

Todos comunicamos, es intrínseco al ser humano, pero en gestión del riesgo hay que hacerlo con claridad, oportunidad, adaptabilidad, eficiencia y precisión, por eso también se necesita una gestión de la comunicación.

Espec. Licda. Gloria Bratschi
Consultora Internacional en Gestión del Riesgo, Docente e investigadora universitaria
gloria_bratschi2003@yahoo.com.ar


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