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Amenazas Ambientales – Desastres Naturales - Salud Humana - Educación

¿Que relación existe entre las condiciones ambientales y la salud humana?
¿Cuáles son las amenazas ambientales? ¿Por qué se habla de pobreza y desarrollo insuficiente en relación con los peligros tradicionales?
Prevenir, Mitigar...¿Sabemos cómo actuar?
¿Cuál es el rol que juega la Educación en estos espacios concatenados?

Un desastre natural, definido como la ocurrencia de un fenómeno natural en un espacio y tiempo limitado que causa trastornos en los patrones normales de vida y ocasiona pérdidas humanas, materiales y económicas, y daños ambientales, es un evento ecológico de tal magnitud que para atender sus efectos es necesario la intervención externa.

Todos los desastres son únicos y tienen efectos diferentes, debido a que cada región afectada tiene condiciones sociales, económicas, políticas y bases de salud específicas. Pero, a pesar de estas diferencias, un accionar debe ser común, estar preparados, y para ello debemos conocer y adquirir conocimientos, fortalecer los cambios de actitudes.

Experiencias recientes nos han demostrado que los preparativos para desastres deben realizarse de manera muy especial a escala local , pues es allí, donde las poblaciones directamente afectadas tienen un papel relevante, es a través de su respuesta adecuada y responsabilidad, en los primeros momentos que transcurren luego de un desastre.

Es este trabajo en el nivel local se fundamenta entonces en la participación de todos y cada uno de los actores. Además, las acciones deben llevarse a cabo desde todos los aspectos posibles.

Es entonces , a partir de la presencia y accionar de niños y adolescentes en el seno de su comunidad , como agentes de cambio, como nexo comunicacional entre las instituciones y su familia y a partir de allí, por propiedad transitiva al resto de la comunidad. De esta forma es factible crear un ambiente más saludable para todos los que viven en ella.

Es fundamental el papel que desempeñan los niños y jóvenes en todo proceso de cambio. Cuando ellos y las comunidades desempeñan un papel activo en su propio desarrollo y bienestar social, frecuentemente lo que sigue son resultados tangibles y eficaces.

Es por esto que las actividades participativas y centradas en estos actores pueden, en muchos casos, promover el aprendizaje más eficazmente que los métodos educativos tradicionales. Se los considera como un medio capaz de influir en el comportamiento y actitudes de sus hogares y comunidades.

El enfoque que se desarrolla en A B C Desastres, propone un aprendizaje activo, que se opone a prácticas pedagógicas que asignan a los educandos un rol pasivo y rutinario.

Una propuesta diferente, superadora de la educación, supone que los niños-adolescentes incorporarán y comunicarán información eficazmente, siempre y cuando se los anime a descubrir los significados e importancia de los mismos. En otras palabras, hay que hacerlos partícipes de la realidad que los rodea y concientizarlos acerca de las posibilidades de cambio en las que ellos pueden actuar.

El estudio de la realidad local, para los jóvenes representa una fuente de reflexión y por ende la ocasión de adquirir una actitud científica que les permita descubrir el tipo de acciones de protección del medio que puedan realizar según sus capacidades.

Es necesario incentivar su curiosidad natural multiplicando, en la medida de las posibilidades, las ocasiones para descubrimientos propios, se le debe ofrecer gran cantidad de juegos, no hay que olvidar que a través de las actividades lúdicas es capaz de descubrir el mundo que lo rodea y adquirir un comportamiento responsable al respecto.