Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
América Latina y el Caribe  

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

 

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Permitiendo la difusión del conocimiento: ejemplos de socialización de la investigación y el conocimiento especializado en Centroamérica

1. No cabe duda, la investigación, sus aplicaciones y una adecuada gestión de la información son insumos necesarios (aunque no suficientes) para lograr la exitosa prevención y mitigación de los desastres en todas partes. La ingeniería del conocimiento, la formación y la utilización de los emergentes recursos tecnológicos son factores importantes para lograr que la información cobre un mayor sentido para los diferentes tipos de usuarios y sectores. El hecho de permitirles a los diferentes grupos sectoriales -incluyendo muchos de naturaleza no científica- a tener a su disposición información (de investigación) relevante y utilizable también representa un importante ingrediente dentro del proceso de desarrollo sostenible en muchas regiones del mundo.

2. Como sucede en otros campos, para que las sociedades puedan utilizar plenamente el conocimiento, este debe ser de fácil asimilación y cobrar sentido entre los diferentes tipos de grupos sectoriales, muchos de los cuales, a pesar de no   contar con una formación especializada, representan importantes actores sociales y promotores del cambio. La motivación y el sentido de pertenencia, significado o importancia   continuarán constituyendo factores básicos para que el conocimiento se valorice, se aplique de forma apropiada y represente un bien que las sociedades utilicen. Ello sucede tanto en países desarrollados como en naciones pobres semejantes. En la práctica, en diversos lugares todavía existen brechas significativas entre el conocimiento y su aplicación, su adaptación para que diferentes grupos lo utilicen, y su diseminación. En los países pobres o en desarrollo, puede ser aún más difícil socializar el conocimiento disponible, excepto entre algún grupo especializado de profesionales. En síntesis, a menudo existen grandes diferencias entre los países pobres y los desarrollados en lo que a las aplicaciones de la investigación y el conocimiento se refiere.

3. Existen diversas razones para esto, se podrían incluir la falta de acceso a la información, una población empobrecida carente de recursos para utilizar o compartir información relevante, agendas políticas que le dan prioridad a otros temas que parecieran ser políticamente más gratificantes a corto plazo, y muchas más. El hecho de que la investigación no se produzca localmente no significa que todo esté perdido. Por el contrario, en tanto las investigaciones relevantes provenientes de otras fuentes estén disponibles, se ajusten a las necesidades locales y se socialicen debidamente, una sociedad puede incrementar su resiliencia a los desastres.

4. La economía, las redes sociales, los valores compartidos, los esfuerzos políticos y el sistema educativo pueden determinar el grado de investigación a realizarse, dónde debe conducirse y cuándo socializarla y ponerla en práctica. Los elementos críticos para permitir que la investigación se lleve a cabo y lograr que sea de fácil utilización representan el nivel de oportunidades de los grupos sectoriales para tener cierto control o influencia y participación en el proceso.

5. En Centroamérica, algunas lecciones aprendidas mediante el proceso de implementación de   diversos proyectos encaminados a difundir y lograr un mayor acceso a las investigaciones (tanto en términos de obtenerlas con más facilidad como de adaptarlas a las diferentes necesidades), podrían brindar valiosas sugerencias. Basados en nuestra experiencia, cuando sea pertinente, se debe garantizar la participación de los grupos sectoriales en los espacios donde puedan hacer uso de su creatividad y ejercer cierto control sobre el proceso de diseño, conducción o socialización de la investigación. Además, se debe intentar en la medida de lo posible, utilizar una tecnología apropiada combinando "baja" y "alta" o "mediana" tecnología según sean las oportunidades locales.   Una no excluye a la otra. Por ejemplo, en el proyecto denominado Red Centroamericana de Información sobre Desastres y Salud (CANDHI, por sus siglas en inglés) se ha implementado y desarrollado localmente una baja y mediana tecnología de información, lo cual ha motivado la creatividad y garantizado que las herramientas sean fáciles de mantener. De hecho, actualmente se está desarrollando una nueva herramienta que centrará su atención en la integración de diferentes tipos de estrategias y herramientas de gestión de información, según las fuentes y las necesidades existentes.

6. Las políticas en torno a la ciencia y las investigaciones deberán ser capaces de nutrirse de los elementos de las ciencias sociales, en particular en los países pobres o en desarrollo, para determinar cómo incrementar su importancia en las agendas políticas y cómo socializar los resultados y el ingenio de las investigaciones; al igual, por supuesto, que de otras aplicaciones meramente sociales y de la ciencia misma. En todo ello, la colaboración internacional es un factor clave. Los desastres y la necesidad de vivir en un mayor grado de armonía con el medio ambiente no conocen fronteras. Adicionalmente, muchas de las causas de la vulnerabilidad frente a los desastres trascienden este "campo de los desastres" y tienen relación con otros sectores más amplios de la justicia social, la economía y el medio ambiente, entre otros.

7. Algunos mecanismos para lograr que la colaboración internacional sea más fácil, para motivar a los grupos sectoriales a formar parte (de las aplicaciones) de la investigación en el contexto del proyecto mencionado anteriormente son los siguientes: i) Permitir que las investigaciones estén disponibles fácilmente y garantizar que haya algo para todos; ii) Invitar a los profesionales de las ciencias puras y aplicadas, y de otros tipos de ciencia y de conocimiento a compartir sus ideas. Ello significa que también se debe fomentar la producción y la disponibilidad de la denominada "información gris". En este caso, "gris" se refiere a la información o a una serie de datos que no son estrictamente de naturaleza científica pero que tienen otro valor práctico, tales como datos empíricos, informes de proyectos, opiniones, diseños semiexperimentales, multimedia, etc.;   iii) La información (en su mayoría) tendrá que ser gratis, y se deberá incluir tanto la que "no está refinada" (que pueden entender los expertos) como la "depurada" (para no especialistas). Tal como lo muestra claramente la experiencia en América Latina, mediante la aplicación de una tecnología evolutiva y apropiada, los centros de información pueden utilizarse para brindar estos servicios a través de medios de bajo costo; y, iv) Lograr que la información variada y fácil de utilizar sea parte de los elementos de su suministro de información. Sí, se debe incluir Internet pero no de forma exclusiva. También se debe garantizar la creación de productos informativos independientes y de fácil manejo para que se puedan utilizar casi en cualquier parte.

8. Entonces, ¿qué tipos de investigación se consideran verdaderamente útiles? La pregunta es difícil de responder ya que las necesidades son tan variadas y las amenazas y las circunstancias sociales cambian de un lugar a otro. Sin embargo, con base en todo lo mencionado con anterioridad, puedo sugerir lo siguiente, especialmente para aquellas áreas con recursos limitados: i) incrementar la conducción de estudios sobre cómo ampliar las posibilidades de socialización de la investigación (incluyendo la concientización pública y el cambio del comportamiento) y de otros tipos de conocimiento de importancia; ii) Conducir investigaciones en torno a los sistemas de alerta temprana con tecnología apropiada y fácil de mantener; y, iii) Asegurarse de no excluir a los grupos de investigadores y profesionales no académicos que puedan contribuir con nuevas ideas y ayudar a establecer un vínculo entre la teoría y la práctica a un nivel más amplio.

Dave Paul Zervaas
Coordinador General del Centro Regional de Información sobre Desastres para América Latina y el Caribe (FUNDACRID/CRID).
dave.zervaas@crid.or.cr


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