Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
Las Américas   

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

Editorial

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Vivir con el riesgo: Reorientar la corriente de los Desastres hacia el Desarrollo sostenible



Tal y como sugiere el tema de la Campaña Mundial para la Reducción de Desastres de este año, la integración de medidas de reducción de desastres en la planificación a largo plazo del desarrollo sostenible, aumentará la probabilidad de que la vida de las generaciones presentes y futuras no se vea afectada o comprometida por los desastres naturales.

En línea con el Año Internacional del Agua Dulce, la Campaña 2003 para la Reducción de Desastres de la EIRD contempla la forma de hacer frente a los desastres relacionados con el agua. La tendencia general establece que las inundaciones, sequías y huracanes van en aumento, perjudicando a un número de comunidades mayor que en el pasado, debido a diversas actividades humanas que incrementan la vulnerabilidad y alteran el equilibrio natural de los ecosistemas.

A principios de este año, la ciudad de Santa Fe, ubicada en Argentina, fue azotada por una serie de devastadoras inundaciones que afectaron a miles de personas y bienes económicos. En una época en la que existe la tecnología para vigilar de cerca los fenómenos climáticos extremos, evaluar su posible incidencia y emitir las alertas necesarias, tenemos que preguntarnos si tales desastres deberían seguir ocurriendo con tanta frecuencia.

Durante la década anterior, hemos observado un crecimiento exponencial de fenómenos climáticos extremos acompañado de un aumento en el número de personas afectadas. Otras tendencias igual de preocupantes y que incrementarán aún más la incidencia de los desastres son el crecimiento demográfico, los desplazamientos de población debido a la pobreza y los conflictos, y la degradación medioambiental. Es más, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático augura que, debido al clima tan variable, estos acontecimientos ocurrirán con mayor frecuencia y su efecto será aún más devastador. El impacto de estos desastres en los campos social, económico y humano está obstaculizando el desarrollo efectivo de muchos países y apunta a la necesidad de actuar sin demora para abordar algunas de las causas que yacen detrás de estas tendencias.

Afortunadamente, también existen algunos avances positivos. Gracias al progreso de los servicios meteorológicos e hidrológicos, actualmente podemos pronosticar la ubicación de la recalada de un ciclón tropical o un tornado, varias horas y hasta días antes de que ocurra y cada vez con mayor precisión. En algunos casos, las alertas de sequía pueden emitirse con meses de antelación.

Además de estos adelantos técnicos, los gobiernos han fortalecido su capacidad para diseminar esta valiosa información entre las comunidades vulnerables apoyándose en análisis regulares de riesgo y vulnerabilidad. Por último, hemos aprendido a través de la experiencia que es más probable que una comunidad que de antemano está conciente del riesgo pueda tomar acciones apropiadas frente a un peligro, al igual que es más factible asegurar que se reducirá su grado de vulnerabilidad antes de que los desastres ocurran.

¿ Hacia dónde nos dirigimos?

Actualmente, la Secretaría de la EIRD, en colaboración con diversas organizaciones asociadas, participa en la evaluación de toda una década de actividades dirigidas a reducir los desastres, desde que se celebró la primera Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres Naturales, realizada en Yokohama, Japón en 1994.

El objetivo general de la Segunda Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres es fortalecer el compromiso para implementar la reducción de riesgos de los desastres a todos los niveles y, en particular, su integración en los procesos de planificación del desarrollo. Uno de los propósitos fundamentales de la revisión es identificar maneras concretas de incorporar la reducción de riesgos de los desastres en las estrategias para la reducción de la pobreza, el desarrollo y el medio ambiente.

También se espera que esta revisión pueda brindar una poderosa justificación para renovar e incrementar el compromiso político, y logre motivar una mayor participación de los gobiernos y las comunidades. El proceso de revisión culminará con la Segunda Conferencia sobre la Reducción de Desastres (SCRD-2), a celebrarse en Kobe, Hyogo, del 18 al 22 de enero del 2005.

Algunos de los resultados esperados de este proceso general de revisión y de la Segunda Conferencia Mundial son los siguientes:
• Un mayor compromiso político para promover la implementación efectiva de la reducción de desastres a todos los niveles;
• Una serie de principios, convenidos y un marco para la reducción de riesgos de los desastres;
• Un programa de acción 2005-2015 acorde con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los resultados de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible (CMDS).

El proceso de revisión y la Segunda Conferencia tomarán en consideración los siguientes procesos relevantes:
• Los Objetivos de Desarrollo del Milenio;
• El Plan de Implementación de Johannesburgo (CMDS, 2002);
• La revisión de 10 años y la preparación de las acciones de seguimiento del Plan de Acción de Barbados para Pequeñas Islas-Estado en vías de desarrollo; y,
• El lanzamiento de la Década Internacional para la Educación en Desarrollo Sostenible 2005-2015.

El proceso preparatorio de esta revisión de diez años incluirá asimismo diversas consultas y reuniones temáticas y regionales, con el propósito de evaluar los logros alcanzados desde la adopción de la Estrategia de Yokohama (1994), al igual que para definir las brechas, necesidades y oportunidades existentes en materia de reducción de desastres y efectuar recomendaciones específicas para el futuro.

En el ámbito regional, la Consulta Hemisférica sobre Alertas Tempranas, que se llevó a cabo en Antigua, Guatemala del 3 al 5 de junio, fue la primera actividad temática que contribuyó a este proceso. La consulta reunió a 85 participantes, incluyendo expertos en el campo de alertas tempranas, autoridades públicas, organizaciones subregionales, regionales, e internacionales; ONGs, líderes comunitarios, y representantes de los medios de comunicación de 19 países del Hemisferio (para mayor información, referirse a la página 27). La consulta brindó una primera oportunidad para relacionar al personal científico/técnico con diversos actores sociales, tales como las autoridades locales, y el personal de las agencias para la defensa o protección civil de todas las regiones del Hemisferio. El resultado de la consulta se presentará en la próxima Conferencia Internacional sobre Alertas Tempranas, que se celebrará en Bonn, Alemania en octubre del 2003.

En el campo de la mitigación hospitalaria, la OPS/OMS, en colaboración con el Banco Mundial, DFID, OFDA, GTZ y la EIRD, organizó recientemente un taller titulado: “Hospitales en Desastres: Actuar con Precaución”. Este taller se realizó en El Salvador, del 8 al 10 de julio y los objetivos de la reunión - la cual también contribuyó al proceso de revisión de los 10 años de Yokohama- fueron analizar y validar una serie de pautas y recomendaciones en el campo de la mitigación hospitalaria.

Está prevista la celebración de otras reuniones temáticas para finales de este año y durante el 2004. Las mismas incluyen el Foro “Mitch +5”, programado para finales del 2003 y organizado por diversos actores regionales y nacionales, incluidos CEPREDENAC, PNUD y CARE, entre otros, El Foro

está dirigido a brindar una oportunidad para revisar y evaluar lo que ha sucedido en el contexto de la reducción de desastres desde que este huracán azotó Centroamérica, evaluando si el grado de vulnerabilidad ante los desastres naturales que existía hace cinco años se ha incrementado desde entonces o, por el contrario, se ha reducido. Este acontecimiento también representará una valiosa oportunidad para reflexionar sobre las lecciones aprendidas de la experiencia del huracán Mitch y considerar el rumbo que está tomando la reducción de los desastres en la región con miras al futuro.

¿Por qué Kobe, Hyogo?

El 17 de enero de 1995, el gran terremoto de Hanshin-Awaji golpeó a toda la región de Kobe, causando miles de muertes. Este fue el primer terremoto de gran magnitud que se ha producido en la historia reciente en una gran ciudad ubicada en un país desarrollado (Kobe tiene una población de 1.5 millones de habitantes). Después de una década, la ciudad de Kobe y la Prefectura de Hyogo conmemorarán este acontecimiento en enero del 2005. Ello representa una ocasión apropiada para que los socios mundiales se reúnan para intercambiar ideas y experiencias, y establecer estrategias con miras a lograr soluciones efectivas en el campo de la reducción y el manejo de desastres en el siglo XXI. Todo ello también coincide con la finalización del proceso de revisión de los diez años de la Estrategia y Plan de Acción de Yokohama.

Ubicado en el denominado Anillo de Fuego, los peligros geológicos son inminentes en Japón. Del mismo modo, la ubicación del país en la latitud media (en la región oriental del continente) permite que masas de aire frío provenientes de Siberia produzcan fuertes nevadas en las zonas del norte durante el invierno. Por otra parte, masas de aire caliente del Pacífico, usualmente acompañadas de tormentas tropicales o tifones provenientes del Sur, ocasionan peligros hidrológicos durante la estación más cálida. Por ello, Japón posee un largo historial de exposición al riesgo.

Para mayor información, favor dirigirse a:
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San José, Costa Rica

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