Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
América Latina y el Caribe  

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

Tema especial: Areas Montañosas

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Los volcanes y la protección de la salud

Los principales riesgos para la salud

América Latina y el Caribe es una región de alto riesgo ante erupciones volcánicas. En el Siglo XX, un 76% de las muertes causadas por erupciones volcánicas ocurrieron en países de la región, así como, en los últimos 10 años, sucedieron la mitad de las erupciones más fuertes en el mundo.

Cada volcán presenta sus propios riesgos específicos y cada riesgo puede tener un significado diferente e implicar otras actividades de preparación sanitaria.

  • Lava
    Contrariamente a lo que en general se piensa, los flujos de lava avanzan muy lentamente y no constituyen un peligro significativo durante la actividad volcánica.
  • Rocas y detritos
    A pesar de que un volcán activo puede despedir rocas a distancias largas, la posibilidad de que esto ocasione lesiones es baja.
  • Cenizas
    Efectos directos de las cenizas volcánicas, como aquellos en las personas con afecciones en las vías respiratorias, pocas constituyen problemas graves para la salud pública.
  • Contaminación de fuentes de agua
    La presencia de agua proveniente de manantiales o ríos situados sobre el volcán, de lluvia ácida y de ceniza puede generar problemas sanitarios ya que causan riesgos para la potabilidad del agua. Es importante un monitoreo estricto por parte del sector salud.
  • Gases
    Únicamente en pocos casos, ciertos gases relativamente pesados producen muertes debido a la contaminación del aire en áreas donde hay gente. Afortunadamente, en la mayoría de las erupciones, los vientos que soplan sobre el cráter dispersan rápidamente estos gases.
  • Tsunamis
    Cuando un volcán está cubierto de agua, puede causar tsunamis: olas de enorme altura. El riesgo que esto ocurra es bajo, pero tan grave que no puede pasarse por alto.
  • Nubes ardientes (flujos piro clásticos)
    Las corrientes de rocas ardientes, cenizas y aire que avanzan muy rápidamente, se denominan flujos piro clástico, causantes aproximadamente del 60% de las muertes por erupciones volcánicas en América Latina y el Caribe. En el trayecto directo de una nube ardiente, no existe la posibilidad de sobrevivir. La evacuación es la única solución.
  • Corrientes de fango y detritos
    Los corrientes de fango o detritos causan el 42% de las víctimas por erupciones volcánicas registradas en el mundo. Los glaciares de las cumbres, bajo el calor intenso de la erupción, comienzan a derretirse. Los escurrimientos de lodos enormes, mezclados con detritos dejan escaso tiempo de evacuación y pueden arrasar ciudades enteras.


Planificación para emergencias volcánicas

En la planificación para emergencias volcánicas es necesario poner los riesgos en perspectiva y concentrarse en los que de verdad supone un grave reto para la salud pública.

Una vez que se dispone de los insumos referentes a las zonas de riesgo, a las probabilidades de qué tipo de actividad volcánica y a las vulnerabilidades existentes en las comunidades en riesgo; se deben elaborar planes para determinar qué se haría en caso de una erupción previsible y de las situaciones hipotéticas que podría generar una erupción.

Hay que estar conciente que durante y después de una erupción, a menudo los caminos de acceso a comunidades quedan bloqueados, los servicios básicos interrumpidos y a veces los recursos humanos y físicos con que se contaban no están disponibles.

La mejor manera para evitar mayores desgracias es no permitiendo que comunidades se asienten cerca de los volcanes. Pero, cuando estas ya se encuentran cerca de un volcán, que muestra signos de actividad, el mejor plan es la evacuación temprana de las poblaciones a sitios alejados de las zonas expuestas.

El plan del sector salud ante emergencias ocasionadas por erupciones volcánicas, debe contemplar las siguientes medidas:

  • Atención médica
    La planificación de la atención médica incluye: planes sobre búsqueda y rescate, atención de heridos en masa, monitoreo cuidadoso de la calidad del aire y el agua, evaluación de los perjuicios a la salud y de las necesidades sanitarias, vigilancia epidemiológica y el abordamiento de problemas de salud mental.
  • Manejo de suministros
    Se deben contemplar todos los equipos y materiales que serán necesarios durante y después de una erupción volcánica. A diferencia de otros desastres estos incluyen las máscaras livianas que protegen contra las lluvias de ceniza.
  • Manejo de la información y capacitación
    La adecuada información pública es fundamental para evacuaciones masivas. Todas las personas necesitan estar informadas sobre medidas de protección, incluyendo información específica para personas con enfermedades en las vías respiratorias. La información no debe contemplar únicamente los efectos directos de las erupciones volcánicas, sino también los indirectos, como la contaminación de agua potable.

El plan debe incluir procedimientos de capacitación permanente para los funcionarios del sector salud y de rescate para que conozcan todos los aspectos de atención médica arriba mencionados.

Finalmente, cabe destacar que el plan debe ser probado, ejercitándolo con el personal médico y verificar si se sienten cómodos y preparados. El plan se debe actualizar periódicamente para incorporar los cambios de recursos y de personal.

De la guía: Los Volcanes y la Protección de la Salud, 2002
Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud.

El contenido completo de la guía puede ser consultada en Internet en la dirección
www.paho.org/spanish/ped/volcan_guia.htm

 


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